Tendría que ser permanente y se espera el concurso de «ELECTRORIENTE» para iluminar la zona.
Este jueves a muchos sorprendió cuando al llegar a lo que sería el ingreso al puente Nanay, se vio un contenedor, a modo de caseta, con agentes policiales dentro y fuera. Se interpreta que lo hacen para imponer presencia y, supuestamente, mayor control de seguridad en el lugar donde hirieron de muerte de un certero cuchillazo a un bebé de apenas 11 meses de nacido.
Su madre, que lo tenía en brazos, nada pudo hacer, cuando los delincuentes los asaltaron el sábado pasado y se le abalanzaron para acallar sus gritos de ayuda con un enorme cuchillo. Es la víctima más joven de la imparable delincuencia que campea y crece en Iquitos.
Esta noticia tuvo repercusiones nacionales e internacionales.
Ese mismo sábado, en otro lado de la ciudad, el joven Ingeniero civil, Héctor Vigo, que no llegaba todavía, a las tres décadas de vida, también fue asesinado de un disparo en la cabeza, para robarle un dinero que acababa de retirar del BBVA.
En un solo día, dos vidas fueron segadas, sin que, hasta el momento, se tenga ninguna respuesta sobre la identidad de los asesinos.
Podríamos seguir mencionando muchos más casos de robos a mano armada, de muertes, de heridos. Son bandas que actúan usando motos, van con cascos y siempre armados “hasta los dientes”. Al circular por las calles de Iquitos, vemos sendos “operativos de control de identidad”, no hay resultados para el hampa?. La respuesta cae por sí sola.
Una conclusión perfectamente posible podría ser que tanto los operativos como la caseta colocada en el Puente Nanay, son para las fotos y para “calmar” algo de la ansiedad y la reacción de la sociedad que ya se está uniendo para librar una batalla que podría devenir en actos también de violencia por tomar la justicia en mano propia.
Todo extremo es cuestionable, pero cuando de defensa propia se trata, los matices son muchos y hasta justificables. Iquitos está reaccionando, quien parece no hacerlo son las autoridades tutelares, PNP, Fiscalía, Municipios, Defensoría del Pueblo. A la espera, no prolongada, están los iquiteños y del turista que llega en busca de paz, no de muerte.