FREÍ BETTO
Artículo del Periódico Digital LA SELVA
“RESPETADA OPINIÓN”.
Hoy se cumplen cien días del nuevo gobierno. Lula 3 difiere de lo que se vio en los dos primeros mandatos. Ahora es menos sensible a las diatribas del Mercado y más a los derechos de los excluidos. Está más preocupado con el suelo de la sobrevivencia digna que con el techo de los gastos. Más con las políticas sociales que con las fiscales. Además del pago mínimo de 600 reales por núcleo familiar, Bolsa Familia sumó 150 reales adicionales por cada niño hasta los 6 años de edad.
En estos 100 días, Lula, con el respaldo del Tribunal Supremo Federal, salvó nuestra frágil democracia al intervenir el gobierno del Distrito Federal y detener y fichar a la horda terrorista que invadió la Plaza de los Tres Poderes el 8 de enero. Y las fuerzas armadas volvieron a tomar conciencia de que están sometidas a “la autoridad suprema del presidente de la República”, como reza la Constitución. Lula le quitó a la Agencia Brasileña de Inteligencia el control de los militares y se lo entregó a la Casa Civil; le concedió un 9% de aumento a los funcionarios públicos federal y eximió de impuestos sobre los ingresos a quienes ganan menos de 2 640 reales; y aumentó el salario mínimo, que en mayo pasará a ser de 1 320 reales. Hay 60,3 millones de personas cuyos ingresos se corresponden con el salario mínimo.
En lo tocante a la política exterior, ha reforzado la integración latinoamericana y caribeña al ponderar la CELAC en Buenos Aires, y ante el recrudecimiento de la guerra fría y el conflicto geopolítico entre los Estados Unidos y China, del cual es resultado la guerra en Ucrania, ha expresado que la posición de Brasil es la de la promoción de la paz, en sintonía con el líder pacifista más significativo de la actualidad: el papa Francisco. Recibido por Biden en la Casa Blanca, y por Xi Xinping en Beijing, ha recolocado a Brasil como un protagonista en el ajedrez de la globalización.
El gobierno impulsó la retirada de la minería ilegal del territorio yanomami y asumió la atención de salud de esa nación indígena, aunque aún debe reducir la deforestación de la Amazonia y el Cerrado.
Lula actuó con presteza en el socorro a las víctimas de la catástrofe climática en el litoral norte del estado de São Paulo; le puso fin al secreto de 100 años de documentos oficiales que intentaban ocultar los desmanes del gobierno anterior; reabrió la Farmacia Popular, creó el Consejo de Participación Social y el Consejo de Coalición, que reúne a 14 organizaciones partidarias; refundó el Consejo Nacional de Medioambiente, el Consejo Nacional de Seguridad Alimentaria y Nutricional y el Consejo LGBTQIA+; perfeccionó Mi Casa, Mi Vida con una Medida Provisional para el financiamiento de inmuebles usados en áreas urbanas y rurales. Con la corrección hecha por el gobierno, el presupuesto para la compra de la merienda escolar pasó de 4 000 millones a 5 500 millones de reales.
En el terreno de la economía el gobierno actúa con transparencia, a pesar de la “tobillera electrónica” de la Ley Complementaria no. 179/2021, que garantiza la autonomía del Banco Central y mantiene a su actual presidente, un bolsonarista confeso, hasta fines de 2024. Este insiste en mantener elevada la tasa básica de interés (SELIC) a pesar del retroceso de la inflación, lo que obstaculiza el crecimiento económico. Lula ha recabado el apoyo de la opinión pública al denunciar lo exorbitante de la tasa de interés y expresar que la autonomía del BC es “una tontería”.
Según Data Folha (3 de abril), el 80% de la población cree que Lula hace lo correcto al forzar la caída de la tasa SELIC, y solo el 16% está en desacuerdo. Mientras tanto, Lula intenta transformar el agua el vino al mezclar ingredientes que deben dar por resultado austeridad fiscal con un margen para inversiones en políticas sociales.
Ahora habrá que desbolsonarizar el gobierno; desmilitarizar la administración pública; revisar la reforma laboral de Temer fortaleciendo la negociación colectiva y los sindicatos; exorcizar el Ministerio de Educación de la gestión empresarial de la educación pública y revocar la “nueva” enseñanza media. Y descubrir y castigar al asesino de Marielle y Anderson. A pesar de que la coalición partidaria mezcla melones con calabazas, fue positiva la recreación de grupos de trabajo interministeriales con participación de la sociedad civil organizada. Sin educación política del pueblo y movilización popular, Lula no vencerá los enormes desafíos que enfrenta Brasil.
Frei Betto es autor de 73 libros.
(Traducción de Esther Perez)